Si algo ha caracterizado a los Estados Unidos es su tendencia a la política Chimoltrufia, en donde «cómo dice una cosa, dice otra» y es que apenas hace unos días llegó a México la amenaza velada de parte de los gobiernos de los Estados Unidos y su lacayo canadiense, respecto a sus sospechas (infundadas y mañosas) sobre la política energética seguida por el Gobierno de México, bajo el argumento, de que esta restringe la libre competencia, frente a sus socios del T-MEC.
Pues bien, como un ejemplo más de su chimoltrufismo clásico, el día de ayer el gobierno estadounidense anunció la creación de un fondo económico, por la cantidad de 280,000 millones de dólares, para financiar a la industria de los microchips y semiconductores estadounidenses. Lo anterior sería objeto de aplausos y alegrías en cualquier lado del mundo, de no ser una decisión tomada por un país que ha hecho de la libre competencia su estandarte y que se inmola en los ideales de la no intervención del Estado en asuntos económico y, menos aún, en paternalismos que distorsionen al omnisapiente mercado.
Ahora bien, el argumento sobre el que se asienta el fondo injerencista de la administración Biden, es que se considera «asunto de seguridad nacional» tener una industria de chips electrónicos y semiconductores que le permitan a los Estados Unidos, ser independientes de la industria china, que concentra y se especializa en la fabricación de dichos componentes, es decir, el mismo argumento del Gobierno Mexicano, respecto la necesidad de que México posea soberanía e independencia energética para la población y las industrias nacionales.
No cabe duda que los Estados Unidos se ha convertido en una potencia decadente, sumida en la más triste de las esquizofrenias, en donde las autoridades de dicho país, ya no son capaces de distinguir las voces de la realidad, de aquellas que sólo existen en sus cabezas locas.
Algo oscuro y tenebroso ocurre en Washington, ya que, al parecer, el presidente Joe Biden se ha convertido en una especie de marioneta, que necesita constante apoyo, por parte de su staff para poder funcionar en público de manera adecuada.
Lo anterior, lamentablemente, no se trata de un chisme de pasillo, sino de información que ha encontrado eco en medios serios del Reino Unido, Australia e incluso al interior de los Estados Unidos mismos, en donde comentaristas y analistas miran con estupor el conjunto de errores, situaciones embarazosas, desvaríos y confusiones en las que se desenvuelve el mandatario, las cuales fueron confirmadas ayer, debido a un nuevo error de Biden, que, sin querer, mostró la guía de instrucciones que debió seguir para «comportarse» durante una breve conferencia de prensa.
Entre las instrucciones destacan algunas que, por lo básicas, no pueden simbolizar otra cosa, que el probable padecimiento de alguna enfermedad o condición cognitiva degenerativa por parte de Biden, como, por ejemplo:
Tú, entras en la salda y dices «hola» a los participantes,
Tú tomas tu lugar
Tú das algunos comentarios, etc.
Lo anterior, debería ser una causa de gran preocupación internacional, porque indica que muchos de los conflictos que encabeza Estados Unidos el día de hoy, son conducidos de manera oculta por personajes que operan desde las sombras, ocultas detrás de la fachada de un hombre muy probablemente incapaz, pero con el «poder» para tomar decisiones que pueden cambiar el curso de la historia de la humanidad.
La oscuridad de los Estados Unidos y sus lacayos en Europa, amenaza como nunca antes al mundo entero sin que, ahora sí, la comunidad internacional, sepa con claridad, quien dicta las órdenes y es responsable de situaciones que nos afectan a todos los habitantes de la tierra.
Mientras la intervención militar rusa en territorio ucraniano se prolonga debido a la irresponsabilidad de los miembros de la OTAN y la Unión Europea, el mundo se sumerge en una espiral inflacionaria sin precedentes próximos, debido a las absurdas sanciones que los países aliados de Estados Unidos impusieron a los energéticos rusos, que, tal como lo dijo Putin, han sido un tiro en el pie que hoy desangra a la economía mundial, por culpa de los Estados Unidos, los países miembros de la OTAN y la Unión Europea.
A pesar de lo anterior, como siempre han hecho y harán hasta el final de los tiempos, los estadounidenses han comenzando a implementar su antigua estrategia de buscar a los culpables de sus errores en otros lado, por lo que Joe Biden, creyó que era una buena idea enviar una carta a los principales empresarios de recursos energéticos en los Estados Unidos, a quienes acusó de codiciosos y poco empáticos ante la crisis que el mismo Biden creó con ayuda de sus asesores.
A lo anterior, los miembros del sector energético estadounidense, le recordaron a Biden que la situación actual es mucho más compleja que lo que se ve a simple vista y que mucho de lo que sucede hoy, es consecuencia de las decisiones erróneas tomadas por su administración, comenzando con el embargo energético a Rusia.
No obstante, salió a la vista un detalle sobre el que poco se ha escrito: los empresarios estadounidenses solicitaron a la Casa Blanca, hacer uso de las reservas energéticas estadounidenses. Porque es verdad que ha existido un corte en el suministro de energéticos a nivel internacional, provocado por el embargo que los estadounidenses y sus lacayos europeos impusieron a Rusia, pero también es cierto que los Estados Unidos poseen las mayores reservas petroleras en el mundo que bien podrían ser utilizadas para incrementar los volúmenes disponibles en el mercado.
Tal vez los europeos, deberían dejar de pepenar/saquear o robar energéticos en el mundo, para comenzar a presionar a sus aliados estadounidenses para que pongan a su disposición el petróleo que tienen guardado y que, como viles Gollum, atesoran y esconden. Al fin y al cabo son amigos, y los amigos se ayudan, ¿o, no?
Conforme avanza el conflicto en Ucrania, en donde los Estados Unidos y sus satélites europeos han jugado un roll primordial para impedir cualquier acuerdo que permita el cese al fuego y la llegada de la paz a la región; es notorio el interés de la administración de Joe Biden y del empresariado estadounidense, por prolongar, por el mayor tiempo posible la guerra, a fin de generar dos cosas: el desgaste militar y financiero de Rusia y el endeudamiento, de por vida, de Ucrania (porque esos paquetes de ayuda no son caridades, son deudas que los ucranianos deberán pagar con sus recursos).
Al respecto, y sobre la prolongación del conflicto en Ucrania, el cineasta Oliver Stone, ha emitido un oscuro mensaje, en donde da cuenta de la que podría ser la estrategia seguida por Estados Unidos y sus vasallos europeos, con la finalidad de iniciar una escalada nuclear que costaría la vida de miles de ucranianos de la minoría rusa en el Donbas mientras culpan a Rusia de dicho ataque.
El mensaje de Stone dice lo siguiente: He estado siguiendo la situación en Ucrania desde 2014, bajo la guía de Robert Parry. He seguido los incendios en Odesa, la persecución sin garantías legales y los asesinatos de periodistas, alcaldes, políticos y ciudadanos. He seguido prohibición del mayor partido de oposición, que tenía mejores encuestas que el gobierno de Zelensky. He estado impresionado por el odio desvergonzado, expresado en contra de la minoría ruso-ucraniana. Es una larga y triste historia que se remonta al golpe de Estado de 2014, co diseñado por los Estados Unidos, el cual despojó de su neutralidad a Ucrania, para convertirla en ferozmente anti rusa, en los ocho años desde entonces, cerca de 14,000 inocentes ucranianos han sido asesinados, sin que ninguno de estos asesinados, haya sido cubierto seriamente por nuestros medios.
He visto con creciente miedo durante esta últimas semanas, la salida de la oscuridad de Victoria Nuland, advirtiendo a los rusos y a nosotros, la audiencia objetivo, que si los rusos emplean un arma nuclear de cualquier tipo, se desatará el infierno. Estas declaraciones fueron rápidamente recogidas por empleados de la administración federal y por los canales de televisión, amplificando la misma idea RUSIA ATACARÁ CON ARMAS NUCLEARES. Lo anterior, debido a la declaración hecha por Putin, sobre la política nuclear de Rusia, que por cierto, no es tan agresiva, como la estadounidense. Esto me hizo pensar,¿ por qué repetir esta información repetidamente? En primer lugar, estaban todos los cargos sobre crímenes de guerra que necesitan ser debidamente investigados y evidenciados.
Como resultado, me pregunto si ¿los Estados Unidos se encuentran preparando un escenario para una explosión nuclear de bajo impacto, de origen desconocido, que ocurra en alguna parte del Donbas que asesine a miles de ucranianos? Si esto llegase a ocurrir, Dios no lo permita, todos los ojos del mundo estarían entrenados, como los de un perro de Pavlov, para culpar a Rusia. Dicha culpa ya sido impuesta de antemano, independientemente de quien haya lanzado el artefacto. De esta manera, se impactaría en la opinión del 50% de la opinión mundial que no se encuentra del lado occidental. Rusia sería Satán, el Belcebú. Tengan en mente que es difícil saber desde donde ha sido lanzado un artefacto nuclear, especialmente en un entorno tan cambiante, como la guerra actual, lo que haría posible que Rusia pueda ser acusada de cualquier comportamiento. Tomarían días para saber la verdad, pero la verdad no es importante. Lo importante es la percepción y los Estados Unidos se encuentra realizando una guerra de percepciones con gran habilidad y fortaleza, saturando las señales de CNN y Fox, tanto en los Estados Unidos, como en nuestros países satélite en Europa y Asia, como nunca lo había visto.
Al hacer esto, estaríamos un paso más cerca de lograr lo que esperamos sea un nuevo Yeltsin, que pueda crear para los Estados Unidos una inmensa oportunidad comercial e ideológica, pero, más importante, conseguiríamos aislar a China de Rusia. Por supuesto, China sería el nuevo objetivo si Rusa cae. Esto, créanlo, es el escenario de ensueño para los neoconservadores anarquistas en nuestro gobierno, para establecer lo que ellos llaman un «mundo basado en reglas».
Las opiniones de Stone, no deben ser desechadas como muchas otras, ya que se trata de un hombre que ha cubierto el conflicto en Ucrania, desde su gestación en 2014, cuando los Estados Unidos en contubernio con sus lacayos europeos, generaron un golpe de Estado, que permitiese el ascenso al poder de Volodimir Zelensky, la marioneta imperialista.
Luego de la vergüenza europea de no tener dignidad y obedecer órdenes que no sólo atentan contra el senido común, sino contra sus propios intereses y los de sus ciudadanos y de la sinvergüenzada de los Estados Unidos que decidieron, de repente, que Nicolás Maduro sí es el presidente legítimo de Venezuela (y no la burla esa llamada Juan Guaidó (ahora sólo un triste payaso) y de que Maduro mismo, después de jurar apoyo a Rusia, quedara solo como un boquiflojo come cuando hay, luego de sus conversaciones con emisarios de la Casa Blanca, desde el oriente se ha levantado una de las voces que, en verdad, tiene la capacidad de hacer que las opiniones cambien en la esfera geopolítica: China.
Lo anterior, después de que el presidente Xi Jinping, se ha pronunciado de manera clara sobre el conflicto en Europa, haciendo un llamado para que la guerra entre Ucrania y Rusia, sea dirimida por la vía diplomática, antes de que la escalada de agresiones (auspiciada por los Estados Unidos), llegue a un punto fuera de control.
Esto, después de haber sostenido conversaciones con el presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, a quienes agradeció sus intentos por servir de mediadores en el conflicto (en el que ellos mismos han metido a sus países y cuyas consecuencias temen profundamente).
No obstante, el gigante asiático ha dejado más que clara su postura frente al conflicto: su lealtad es con Rusia, debido a la profundidad de los intereses comunes que ambos países comparten y al hecho de que, si Moscú cae, el siguiente en caer sería Pekín. Por ello, desde China, se ha expresado apoyo hacia Rusia, al declarar como «ilegales» las sanciones impuestas por los Estados Unidos y sus criados en Europa, además de señalar que la relación entre Pekín y Moscú, es sólida como una roca, independientemente de lo oscura que llegue a ser la situación.
Finalmente, a partir del próximo domingo 13 de marzo de 2022, una vez que los Juegos Olímpicos de Invierno hayan concluido, el podremos observar una mayor implicación china en el conflicto, sobre todo, veremos si, como apuntan algunos medios europeos, esta se decantará para hacer presión sobre Rusia o, por el contrario, será el inicio del ridículo más grande que hayan enfrentado europeos y estadounidenses (junto los canadienses), al verse incapaces de hacer frente a una alianza que resultaría letal para sus ambiciones expansionistas.
En un brevísimo comunicado de prensa, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha manifestado la postura de los Estados Unidos sobre el reciente reconocimiento de las repúblicas separatistas del territorio ucraniano, por parte del Kremlin.
Al respecto, informó sobre la batería de sanciones que, de manera inmediata, han sido implementadas a fin de cercar la capacidad de acción de Rusia, frente al conflicto en ciernes:
Afectaciones en sus operaciones bancarias y comerciales rusas
La suspensión de la certificación del gasoducto Nord Stream 2
La cancelación de la compra de deuda soberana rusa
El envío de fuerzas militares de Estados Unidos hacia Ucrania
Ahora bien, Biden comentó que el reconocimiento de las nuevas repúblicas de Donetsk y Lugansk, representan un ataque al Derecho Internacional, de manera que, en coordinación con sus aliados europeos y demás miembros de la OTAN protegerán «la libertad». Curiosamente, el presidente Biden, mencionó que están dispuestos a defender cada una de las fronteras del territorio que integra a la OTAN, no obstante Ucrania, no es aún un estado miembro de dicho club armamentista.
Por otro lado, como comenté en un post anterior, el presidente de los Estados Unidos, hizo del conocimiento de los ciudadanos estadounidenses, el hecho de que habrán sacrificios que deberán realizar, a fin de garantizar, ¿la libertad de Ucrania?
Así que, una vez más, los países de Europa y los Estados Unidos, llevarán a sus países (y lamentablemente al resto del mundo) a situaciones de crisis económica, política, social y humanitaria, debido a la provocación política que, en realidad, representa la adhesión de Ucrania a la OTAN. Ya que, al incluir a Ucrania, queda de manifiesto que el «enemigo» serán Rusia y China, salvo que se estén preparando para defender a Europa de los extraterrestres.
Veremos en los próximos días (seguramente mañana) la respuesta del Kremlin, misma que, seguramente, afectará no sólo a los países que hoy lo atacan, sino a los ciudadanos (que generalmente poco o nada ganan, en un escenario de guerra).
Ya es de todos conocido que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha convertido la lucha por la soberanía energética, en una de las banderas más importantes para su modelo de gobierno, ya que ello permitiría preservar de la avaricia y mezquindad de los intereses privados, uno de los sectores que, en términos bien claros y coloquiales, termina por «agarrar de los huevos» a todos los miembros de una sociedad.
Y es que como se ha visto en el caso de España, Estados Unidos y media Europa, las empresas privadas se interesan en la obtención de utilidades por encima de las necesidades de sus consumidores y no dudan en aprovecharse de éstas para hincar el diente cuando existe la menor oportunidad: un frío invierno o un caluroso verano, es decir, siempre, en las condiciones climatológicas actuales.
Pues bien, al respecto, el embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, expresó las preocupaciones de los inversionistas estadounidenses (porque Salazar, más que diplomático, parece un vulgar cabildero) ante la reforma planteada por el gobierno mexicano, manifestando su interés en que el mercado energético mexicano sea más abierto (para que los empresarios y consorcios gringos o extranjeros lleguen y se lo adueñen, en contra del interés público). Es, de hecho, tanta la desfachatez de los enviados de Washington, que se han atrevido a jugar la carta de la defensa del consumidor mexicano, como si alguna vez les hubiera interesado.
Al respecto, el presidente mexicano, comentó durante su conferencia mañanera del día 09 de febrero de 2022, que en realidad la relación con los Estados Unidos es buena y que se le ha explicado al gobierno encabezado por Joe Biden, que la reforma se trata de evitar la corrupción y nuevos fraudes, como en los que participaron los inversionistas estadounidenses en sexenios anteriores, recordándole que un fraude es un fraude, tanto en México, como en China. «A robar a otra parte» dijo el primer mandatario mexicano.
Y pues sí, si Estados Unidos o el mundo entero, quieren un mercado eléctrico o energético más abierto, que abran los suyos hasta donde puedan, si sus capitales necesitan nuevos lugares para expandirse, que lo hagan en sus propios territorios o en países como Haití o Etiopía, en donde hay mucho por hacer, en favor de las libertades que con su avaricia pretenden proteger.
Cómo dijo Andrés Manuel, » a robar a otro lado» y en México, que ya dejen de estar chingando.
Luego de hacer uso de su lengua woke y acusar al presidente ruso, Vladimir Putin, de ser un asesino y de haber interferido en las elecciones estadounidenses que dieron la victoria al vilipendiado Donald Trump, a lo que el ruso únicamente respondió deseándole que mantuviera su buena salud, el flamante presidente de la esperanza woke, Joe Biden tropezó en un par de ocasiones antes de caer en la escalinata de su avión presidencial.
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Dicha caída, aderezada por el «buen» deseo de Putin, ha hecho que la salud del ocupante de la Casa Blanca, se convierta en el centro de especulaciones, bromas y chismorreos más allá de los confines estadounidenses. Ya que, si bien en el caso de Donald Trump, nos encontrabamos frente al proceder de un megalómano inmaduro, en el caso de Biden, nos enfrentamos a que las esperanzas de un país (y de un planeta, gracias a la influencia estadounidense) obsesionado con juventud, recaen un un hombre de casi 80 años que, aunque se ha hecho sus mantenimientos (bastante evidentes) carece del vigor, fortaleza y vivacidad para hacer frente a un electorado que votó por él, gracias a un discurso lleno de fantasías hollywoodenses y a una orgía de conceptos «woke», que hoy sólo hacen más patética su puesta en escena.
Y no, esté texto no se trata de un asunto de ageism o desprecio hacia Biden por su condición de adulto mayor, sino una crítica a un sistema político, como el estadounidense, que pretende renovarse a base de botox y refillers, pero que en el fondo es viejo, mañoso y abusivo, como siempre lo ha sido.
Finalmente, tal vez la caída del presidente Biden, producto de una malograda exhibición de fortaleza (porque ¿que otra razón tiene un señor de 78 años de edad para subir corriendo la escalera de un avión?), se pudo haber evitado si el cuasioctagenario aceptase su propia edad y, en vez de intentar convencer al público de su juventud a través de intentos fallidos de agilidad física, lo hace a través de ideas y propuestas innovadoras o, al menos, caminando al paso apropiado.
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