Si un país en el mundo desea verse pronto en problemas de pobreza, miseria y hambre, además de meterse en problemas políticos sin salida, lo único que debe hacer es seguir el consejo del Fondo Monetario Internacional, en donde se especializan en la generación recetas para la miseria.
Como ejemplo de lo anterior, tenemos que esas mentes brillantes al servicio de los capitales internacionales han recomendado que los Estados sumergidos en verdaderas crisis económicas, a causa de los elevados costos de las energías: gas, petróleo, electricidad, etc., trasladen el costo real de los energéticos a los consumidores finales, es decir, que eliminen subsidios, ayudas o apoyos, a sus ciudadanos, para que estos paguen el costo real de su consumo.
Lo anterior, de acuerdo con dichas mentes brillantes, es el único modo, en el que, en verdad, los ciudadanos aprendan a ahorrar energía, independientemente de los dividendos o de la voracidad de los dueños de las empresas que les proporcionen los servicios. Además de que dicho castigo al consumidor final, que hoy se enfrenta a una inflación galopante, a riesgos serios de recesión y por lo tanto, del desempleo, podría significar el empujón que oriente al mundo, hacia el maravilloso mundo de las energías limpias.
La recomendación del FMI, tiene sentido, en cuando al hecho de que tener luz, gas y gasolina en el tanque, será un privilegio al cual pocos tendrán acceso, mientras que inmensas mayorías deberán decidir entre tener el refri encendido el día entero (o sólo en el día, mientras hace calor) o comprar gas para calentar la comida y, así, claro que ahorrarán en energía, porque despertarán con el sol y se dormirán cuando las aves comiencen a subirse a los árboles, indicando el inicio de la noche.
Obviamente, la recomendación nada dice sobre limitar el precio de los combustibles, reducir los márgenes de utilidad de las empresas que explotan las dotaciones naturales de los distintos países, de planes de solidaridad o de nacionalizaciones (super urgentes en la mayoría de los casos).
Sin lugar a dudas, el FMI sigue la línea trazada por el presidente español, en cuanto a la adopción de medidas pendejas para paliar una crisis energética que podría terminarse HOY MISMO si los lacayos europeos decidieran, por una vez en sus vidas, tener vergüenza y tomar decisiones basadas en la razón: comprar energéticos rusos, que les resultan más baratos y para los cuales ya tienen la infraestructura lista.
Fuente:RT
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