Eliza Webb, una mujer del oeste de la ciudad de Seattle, una mañana descubrió que de su auto, habían sido sustraídos algunos objetos, es decir, había sufrido un asalto. No obstante, descubrió algo más: un smartphone negro, propiedad de uno de los asaltantes que le habían robado.
Al descubrir lo anterior, comenzó a explorar el celular, para hallar en él algún indicio de la identidad del ladrón y para su sorpresa encontró el número de la madre del mismo, por lo que procedió a realizar una llamada a través de la cual pudo enterarse que el ladrón es un joven de 19 años, que aún vive con sus padres.
Ante lo anterior, Eliza acudió al domicilio del ladrón, quien le abrió la puerta de su casa, aún con signos evidentes de haber estado llorando. Afortunadamente la señora Webb, llegó con una propuesta: si el joven aceptaba regresarle sus pertenencias, prometía no volver a robar y accedía además a devolver las pertenencias a las otras 10 personas a quienes les habían robado y pedir perdón a cada una de ellas disculpas; ella prometía no llamar a la policía.
Así que, al joven no le quedó más opción que aceptar la propuesta de Eliza y hasta el momento, se sabe que ya ha terminado su gira de la vergüenza por el vecindario, misma que dio en compañía de su cómplice, un joven de su edad, con quien había estado bebiendo, y con quien cometió los robos, por aburrimiento.
Esperemos que el joven haya aprendido la lección y no vuelva a cometer delitos, la próxima vez podría ser menos afortunado.
Fuente: http://www.gawker.com
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