Después de años de ostracismo y de permanecer en las sombras y con la bendición de la actual monarca, Camila Parker-Bowels, duquesa de Cornwall, ha comenzado a salir a la luz gracias a a sus cualidades más importantes: la discreción, el tesón y la paciencia; sin los cuales difícilmente habría salido adelante, luego de haber sido señalada como la tercera en discordia y causante de la separación del matrimonio de Carlos de Inglaterra y la Princesa Diana de Gales, el que fue el cuento de hadas con el cual las fantasías románticas se convirtieron en realidad.
Así después de la muerte de Lady Di y de la que ha sido una carrera ascendente, que ha tomado más de dos décadas en afianzarse, Isabel II de Inglaterra ha atinado a expresar su deseo de que la esposa de su sucesor, sea también conocida como Camila, Reina Consorte de Inglaterra, con lo cual se coronan más de 40 años de una historia de amor que pudo haber sido frustrada por opiniones, costumbres y convenciones sociales que hoy parecen obsoletas, pero que en su tiempo fueron suficientes para provocar abdicaciones y crisis monarquicas.
Con motivo de lo anterior y de su 75 aniversario de vida, Camila de Cornwall, ha concedido su primera entrevista a la edición británica de la revista Vogue, en donde, además de ser retratada en su residencia de Clarence House, comenta a la revista sobre los diversos aspectos que conforman una de las vidas que, a pesar de su pasado, es hoy uno de los pilares sobre los que descansa la corona de Inglaterra.
Desde sus numerosos patronazgos, en donde igualmente busca apoyar a mujeres que han sido víctimas de abuso, que a menores de edad y animales (hacia los que siente una marcada compasión), hasta la vida doméstica al lado del hombre que será el próximo rey de Inglaterra, Camila habla con tono afable y con el estilo de aquellos que, en verdad, han nacido en familias de abolengo (no como esos nuevos ricos tan llenos de apariencias y faltos de dinero), y con un sentido del humor que le permitió excusarse con el fotógrafo de la revista, por tener que capturar la imagen de un «viejo murciélago», tan de mañana.
Llena de vitalidad, pero consciente de que no se está volviendo más joven, Camila parece entender su rol de vida en una institución que la condenó y rechazó, pero que hoy la necesita para subsistir en un entorno en el que monarquía requiere de una actualización constante, pero que a su vez le permita preservar valores y, sobre todo, la idea y magia con la que es percibida por el público, a fin de conservar su relevancia y papel como piedra angular del sistema político y social de la Gran Bretaña.
El futuro se acerca y, si todo marcha como hasta ahora, más temprano que tarde el mundo verá alzarse con la corona de la reina consorte a Camila, reina de Inglaterra.
Fuente: Vogue